La Legitimidad de Preparar Testigos: Un Derecho y una Práctica Común en Todo Proceso Judicial
En los últimos días, ha surgido un escándalo mediático en torno a la preparación de testigos en el caso de Daniel Sancho, específicamente sobre la asesoría brindada a Nilson, uno de los testigos clave del proceso. La controversia ha escalado a tal punto que se han filtrado comunicaciones personales del equipo de defensa, una práctica que no solo compromete la confidencialidad de la estrategia legal, sino que podría constituir un delito en sí mismo. En este artículo, abordamos la naturalidad y la legalidad de preparar a los testigos de parte, y exponemos la hipocresía de aquellos que critican esta práctica mientras, sin lugar a dudas, la emplean en sus propias estrategias.
La Preparación de Testigos: Una Práctica Universal y Ética
Primero, despejemos cualquier duda: preparar a un testigo para su declaración en un proceso judicial no solo es legal, sino que es una obligación ética del abogado defensor. La preparación de testigos es una práctica universal en cualquier sistema judicial moderno, y consiste en guiar al testigo sobre cómo presentarse ante el tribunal, cómo responder de manera clara y precisa, y cómo manejar el estrés del interrogatorio. En ningún momento se trata de inducir al testigo a mentir o a cambiar su versión de los hechos, sino de garantizar que pueda presentar su testimonio de la mejor manera posible, en un entorno que de por sí es intimidante.
En el caso de Daniel Sancho, el equipo legal ha sido objeto de críticas por haber preparado a Nilson, un testigo que claramente juega un papel importante en la defensa. Sin embargo, estas críticas pasan por alto que preparar a un testigo no es sinónimo de manipulación, sino una herramienta legítima y necesaria para garantizar un juicio justo. ¿O acaso deberíamos dejar a los testigos a merced de la confusión y el nerviosismo, sin ninguna orientación sobre cómo manejar la presión de un interrogatorio?
La Filtración de Comunicaciones Personales: Un Ataque a la Defensa y un Posible Delito
Más preocupante aún es el hecho de que se hayan filtrado comunicaciones privadas del equipo de defensa de Daniel Sancho. Estas filtraciones no solo violan la confidencialidad y la privacidad, sino que constituyen un ataque directo contra el derecho a una defensa justa. Revelar las estrategias y las comunicaciones internas de un equipo legal no es solo antiético, sino que podría ser constitutivo de delitos, como la violación de la correspondencia o la interferencia en el ejercicio de la defensa.
Sorprende que estos mismos críticos que condenan la preparación de testigos sean incapaces de señalar lo evidente: la filtración de comunicaciones confidenciales es un acto que corrompe la integridad del proceso judicial y atenta contra el principio básico de la presunción de inocencia.
La Acusación: ¿Acaso No Preparan a Sus Testigos?
Es irónico que los mismos abogados de la acusación que señalan con el dedo a la defensa de Daniel Sancho seguramente estén preparando a sus propios testigos con igual o mayor esmero. Ningún abogado serio enviaría a un testigo a declarar sin antes orientarlo sobre cómo enfrentarse al tribunal. Esto no solo es una práctica común, sino una necesidad para asegurar que los hechos se presenten de manera comprensible y coherente.
La preparación de testigos por parte de la acusación es, de hecho, un reflejo del mismo proceso que sigue la defensa: garantizar que su testigo esté listo para declarar de manera efectiva. Así que, a todos aquellos que pretenden convertir en escándalo lo que es un derecho fundamental de cualquier acusado, les preguntamos: ¿dejarían que sus propios testigos fueran interrogados sin preparación alguna? Si la respuesta es no, entonces es hora de dejar de lado la doble moral.
La Defensa de Daniel Sancho Actúa Dentro de la Legalidad
La preparación de testigos es una práctica estándar, legítima y esencial en cualquier sistema judicial, y cualquier intento de desacreditar al equipo de defensa de Daniel Sancho por seguir esta práctica refleja una falta de comprensión —o peor, una mala fe intencionada— del funcionamiento de la justicia. En lugar de caer en la trampa del espectáculo mediático, debemos recordar que el derecho a una defensa efectiva es un pilar fundamental de cualquier juicio justo. Criticar a la defensa por hacer su trabajo no solo es ignorancia; es una afrenta al propio concepto de justicia.
Así que mientras el equipo de la acusación continúa su trabajo, preparando a sus testigos sin el mismo escrutinio ni las mismas filtraciones indebidas, es crucial que recordemos que la preparación de testigos es parte del juego, un juego en el que todos tienen el derecho de participar. Y en ese sentido, el equipo de defensa de Daniel Sancho no está haciendo nada más que su deber: defender a su cliente con todas las herramientas legales y éticas a su disposición.
Lola Murias
CEO de Descubro B2B
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