"Desaparecer es posible, pero depende de tu forma de vida", recuerda. Aún hay países donde uno puede cambiarse el apellido, pero hay que realizar otros cuantos sacrificios. Nada de redes sociales, por supuesto. A ser posible, alguna operación de cirugía estética. Uno tiene que vivir casi como un eremita. Si alguien está planeando desaparecer, lo mejor que puede hacer no es tanto esfumarse como seguir dando señales de vida, pero en otro lugar. Es decir, plantar pistas falsas que desvíen la investigación al lugar equivocado.
"Pero encontrar a la gente se la encuentra: a Bin Laden se lo encontró". El límite que marca la diferencia entre el fugado y el hallado se encuentra, en una cuestión presupuestaria. El porcentaje de casos no resueltos (alrededor de un 25%) suelen toparse con un callejón sin salida económico. Si te buscan, te terminan encontrando; la clave es cuánto quieres gastarte. Las investigaciones en busca de familiares desaparecidos, deudores o herederos le han llevado a Argentina o Uruguay (destinos habituales para rehacer tu vida lejos y abrir un negocio), Francia o Alemania o incluso Bangladés.
Fragmento extraído de El Confidencial.
Commenti