Cuando se produce la desaparición de una persona y con el paso del tiempo ésta no aparece, es un hecho que no solo afecta de manera directa y permanente a sus familiares, si no del que también se resiente la comunidad a la que pertenece, y en ocasiones la propia sociedad en su conjunto.
Entre los distintos tipos de desapariciones que pueden darse, cobran una gran trascendencia aquellas que sitúan a la persona desaparecida en una posición de alto riesgo para su vida, lo que puede ocurrir por diversas causas.
Para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado queda reservada la investigación y el esclarecimiento de aquellas desapariciones de personas que han sido motivadas por una acción criminal, la cual suele llevar aparejada la muerte de la persona y el posterior ocultamiento del cadáver.
No puede soslayarse el hecho de que, en ocasiones, detrás de la desaparición de una persona, se intuyen la existencia de algunos delitos que han sido la causa de esa desaparición, y obviamente, de inicio se carece de toda prueba o indicio que lo acredite.
La sola intuición de esa circunstancia y no poder avanzar en esas líneas de investigación suponen en ocasiones que muchos de esos casos queden sin resolverse a nivel policial y judicial, por lo que es cada vez más necesario poder contar con investigadores privados que traten de encontrar a esas personas y dar respuesta a una demanda que hoy en día no puede ser cubierta en su totalidad por las FFCCS, teniendo siempre en consideración aquellas limitaciones que marca la ley.
Por otro lado, cobra una gran importancia la labor de las Policías Locales, ya que en muchas de las localidades en las que se encuentran desplegadas han de responder en primera instancia al hecho de la desaparición, por lo que ha de contar con una buena preparación en técnicas básicas de investigación para abordar con eficacia este tipo de sucesos desde su inicio.
No obstante, además de las FFCCSE, los demás Cuerpos de Seguridad e incluso los investigadores privados que en nuestro país vienen representados por la figura del Detective Privado, han de contar con una presencia activa en muchos de los casos de desaparición de personas.
Son muchas las desapariciones que acontecen cada año en los que, no habiendo una causa criminal, o motivos de enfermedad, principalmente psíquicas, la persona desaparecida no llega a aparecer nunca o lo hace pasado un tiempo excesivamente largo, lo que supone un incremento de la ansiedad y el desasosiego en las familias de esas personas.
Y es en estos casos cuando pasado un tiempo las FFCCS o los numerosos grupos de voluntarios llegado el caso, dejarán de buscar de manera activa a la persona desaparecida
, siendo ese el momento más adecuado en donde para proseguir en esa búsqueda, puede y debe entrar en liza el Detective Privado, ya que no existe impedimento legal que se lo impida, y porque además no siempre se darán circunstancias tan extremas que lleven asociada la muerte del desaparecido y que el cadáver quede en un ignoto lugar.
Existen casos de personas que simplemente desaparecen por propia voluntad por motivos personales, mientras que, en otras ocasiones, lo hacen por estar involucrados en hechos íntimamente relacionados con algunos delitos, patrimoniales principalmente, o como también sucede en ocasiones, porque el desaparecido cuenta con una serie de deudas a las que no puede o no quiere hacer frente. En cualquier caso, nos hallamos ante un auténtico problema, porque no mediando una causa criminal en todos los casos, ¿quiénes puede buscar a esas personas?
Para este tipo de hechos las investigaciones son un auténtico desafío, en los que se requiere una gran formación en el uso de técnicas de investigación relacionas con esa disciplina, así como una gran experiencia en ese tipo de búsquedas.
La conjunción de esos dos factores, al menos supondrá poder avanzar en las técnicas que se requiere para poder investigar en estos casos, y es aquí en donde puede decirse que algunos detectives privados, técnicamente bien preparados, cuentan con los conocimientos y la experiencia suficiente para poder abordar la búsqueda de personas desaparecidas en esas circunstancias.
Por, Luís M. Muñoz
Inspector del CNP
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