¡Detectives al rescate! Cómo salvar España (otra vez) entre narcopisos, alcaldes tiktokeros y espionaje a lo James Bond

Entre políticos bailongos, narcos que parecen influencers y algoritmos que saben más de ti que tu madre… menos mal que existen los detectives privados.

¡Paren las rotativas! España está, cómo no, al borde del abismo. Esta vez no es solo por el precio del aceite de oliva o por las elecciones anticipadas que nos anuncian cada dos semanas, sino porque el país entero se ha convertido en una escena digna de serie policiaca de Netflix.

Empecemos por los narcopisos, que ya no son pisos cutres en Lavapiés, sino verdaderos “lofts boutique” donde se despachan papelinas gourmet y se retransmiten stories en Instagram para fidelizar clientes. Ni Pablo Escobar soñó tanto marketing. Y mientras tanto, las fuerzas del orden (y unos cuantos detectives privados, ejem) se dejan las suelas siguiendo a camellos que tienen más followers que Pedro Sánchez.

Hablemos de alcaldes, sí, esos próceres de la patria que ahora se graban bailando en TikTok para explicar sus políticas urbanísticas. Porque, claro, es más importante marcarse un challenge que arreglar el bache de la calle principal. Por supuesto, esto es terreno fértil para el detective privado: seguimientos, análisis de redes sociales y comprobar si el regidor en cuestión está bailando o cerrando un chanchullo urbanístico. Todo sea por la transparencia… y por el clickbait.

Pero lo más jugoso, queridas y queridos, es el espionaje digital. En plena era IA, los algoritmos saben si esta mañana discutiste con tu pareja, si planeas cambiar de compañía de seguros o si buscas abogado de divorcio. Y ahí entramos nosotros, los humildes detectives privados, intentando competir con una inteligencia artificial que rastrea datos a la velocidad de la luz mientras nosotros seguimos haciendo malabares para conseguir datos, que nos deberían proporcionar por solicitud del Ministerio de Interior.

¿Y qué me dicen del fraude empresarial? Cada semana explota un caso nuevo: empresas fantasma, facturas falsas, directivos con cuentas en paraísos fiscales… Si al menos dejaran pistas en forma de migas de pan. Pero no: estos señores del fraude se creen todos Jason Bourne. Afortunadamente, nosotros estamos para seguirles la pista, aunque sea leyendo 200.000 movimientos bancarios con una lupa de aumento.

Y, por si faltara algo, la noticia de que el Ministerio del Interior está revisando licencias de detectives privados, porque parece que alguien ha recordado que existimos. Eso sí, que nadie se alarme: seguimos habilitados, seguimos discretos y, sobre todo, seguimos cobrando facturas con IVA (aunque algunos clientes se resistan más que el narcotraficante medio a soltar la pasta).

España se ha convertido en un circo donde cada semana tenemos nuevos payasos, fieras y trapecistas. Menos mal que los detectives privados seguimos aquí, capeando el temporal, sacando la verdad a la luz… y, de paso, alimentando blogs como este. ¡Hasta el próximo caso, queridos lectores!

Lola Murias

CEO Descubro B2B